La robótica es cada vez más parte de nuestra vida, sobre todo en las aulas, donde desde hace ya algunos años la utilizan para trabajar contenidos curriculares. Pero este trabajo con la robótica y la programación no tiene por qué ser un campo exclusivo de las aulas sino que también se puede complementar este aprendizaje en el hogar.

Usando robots, los niños y niñas no ven complejidad ni en el lenguaje de programación ni en el digital y les ayuda a zambullirse en una de las aptitudes más valiosas para el mundo en que vivimos.

Durante la etapa preescolar (de 3 a 6 años), los niños y niñas están descubriendo el mundo, son esponjas que desbordan curiosidad y ganas de aprender. Por este motivo es la edad ideal para que experimenten con un robot de manera natural y comiencen a descubrir la programación y los conceptos de lateralidad, así como a desarrollar la creatividad, la organización, la toma de decisiones y el pensamiento abstracto.

Los robots educativos son una herramienta que ayuda a los más pequeños a desarrollar habilidades sociales y cognitivas, pero si además el robot es su personaje favorito, despertará su curiosidad por la robótica y les ayudará a fomentar vocaciones científico-tecnológicas.

Un ejemplo es el Robot de Peppa Pig, un robot con el que los niños y niñas aprenden nociones básicas de programación (con instrucciones simples -adelante, atrás, giro derecha, etc.) para que realice una ruta sobre un tapete que responda a la actividad propuesta, conceptos temáticos como pueden ser los miembros de la familia, las profesiones o los medios de transporte y la lateralidad (cuál es la izquierda, derecha…)

Más información sobre el robot Peppa Pig: https://peppapig.adelerobots.com/project/el-robot-de-peppa-pig/

 

 

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